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martes, 22 de junio de 2010

se seguirá ganando


En su audición radial de este martes por M24, el presidente comenzó saludando al “Uruguay futbolero” y envió cariños a la selección “como cualquier hijo de vecino”.

Luego de esa referencia, en una columna emitida una hora antes del partido entre Uruguay y México, Mujica se refirió a lo que sucede “en tiempos que se empiezan a discutir convenios colectivos y a preparar el presupuesto general de la Nación”. Dijo que los sindicatos y los trabajadores hacen sus reclamos tratando de mejorar sus condiciones. Eso, en opinión del presidente, es algo natural. “No debe de sorprendernos. Es natural que nuestra sociedad quiera ganar más. No sólo es natural que el grueso de la gente quiera ganar más, hasta cierto punto resulta imprescindible”, dijo, al tiempo que aclaró que se refería al concepto de “ganar” como algo “bien separado de la idea de valor y del sentido que le dan los economistas”.

Ganar más, continuó, no es una ambición que se da únicamente “por razones de derecho naturales”: es la forma más directa de aumentar la demanda y de aumentar la posibilidad cíclica del aumento del trabajo, señaló el presidente.

En ese sentido, remarcó que “por todas partes” cualquier empresario tratará de aumentar la ganancia de su empresa. “Buena parte de su esfuerzo apunta a la intención de multiplicar el capital que invirtió en esa empresa”, sostuvo. “Nadie se complica la vida para estar igual o para estar peor: siempre se hace con la ilusión de estar mejor. Este asunto tiene riesgos porque los factores que se pueden medir y observar no son siempre todos los que la realidad presenta”.

“Nadie debe sorprenderse. Que los señores trabajen, deseen y luchen por multiplicar su ingreso hay que verlo como una consecuencia natural”, reiteró. “El asunto es pensar los límites. Algunos dirán, los equilibrios de la macroeconomía. Pero también hay otro límite más claro: la inevitable flexibilidad que tendrían que tener todos nuestros acuerdos”.

Mujica se detuvo en el concepto de flexibilidad. "A lo largo de mi vida, he visto descuajarse árboles portentosos, venirse al suelo cuando el viento es muy adverso”, ejemplificó. “Los he visto caer y me han impresionado, pero nunca he visto que se venga al suelo un cañaveral, por la razón de que esas cañas flexibles son capaces de doblarse contra el suelo y cuando pasó el temporal, se vuelven a levantar olímpicamente".

"El ejemplo busca subrayar que puede haber temporales del exterior, pero siempre hay que estar atentos a que nos pueden golpear. No ha de asustarnos que en sus reclamos los trabajadores pidan hacer cláusulas. Es la forma de tener flexibilidad. Del otro lado, tal vez se precise -y también del Estado- cláusulas que aseguren cierto grado de movilidad y flexibilidad, si un país pequeño y dependiente del mercado exterior, de la noche a la mañana se enfrentara a condiciones fuera de su responsabilidad”, continuó. "Hay que tener la madurez de ver estas cosas como elementos naturales. Debemos negociar con mucha altura y entender que no puede concebirse el progreso de un sociedad si no mejora el ingreso de la gente que trabaja en ella".

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