Peñarol y Rampla Juniors empataron 1-1 en el Estadio Centenario. Un golazo del argentino Nicolás Guevara puso arriba en el score a los picapiedras, pero seis minutos más tarde igualó Darío Rodríguez con golpe de cabeza. El conjunto carbonero jugó muy mal y perdió la punta del Torneo Apertura, que pasó a manos de Defensor Sporting. Minuto a minuto. Los silbidos del entretiempo fueron el claro termómetro del momento de Peñarol. Un equipo que venía jugando mal y aún así ganaba, no pudo marcar un gol en el primer tiempo para disimular lo mal que hace las cosas en cancha.
Los primeros 45' se hicieron de ritmo lento y con la cancha volcada sobre un lado solo, el derecho. Alejandro Martinuccio se cansó de levantar el brazo pidiendo el balón, pero nunca lo vieron y el arma carbonera pasaba por el otro lado, con algún intento de desborde de Fabián Estoyanoff, a quien se sumaba Emiliano Albín.
Rampla planteó un partido inteligente en defensa, aunque no tomó riesgos y dejó muy solo en ofensiva a Matías Britos, el vértice de una pirámide con forma de 4-3-2-1. Si bien tuvo la primera opción de gol del encuentro al minuto y luego alguna aproximación, no logró avanzar en bloque y le regaló la iniciativa al equipo que tenía la responsabilidad de salir a matar y no lo hizo.
Un cabezazo de Cristian Palacios que se fue desviado cuando el joven conectó en posición inmejorable un centro de Albín, fue lo mejor del conjunto dirigido por Manuel Keosseian en la primera mitad.
La otra ocasión de peligro se dio con un córner bien servido por Antonio Pacheco, de pobre rendimiento, cabeceado por Guillermo Rodríguez afuera. Más que llamar la atención los silbidos con los que el equipo fue despedido al término de la primera mitad, sorprendió que retornara al campo de juego sin variantes de cara al complemento.
La situación era insostenible y Keosseian movió el banco a los 13' de la segunda parte. A la cancha saltó Diego Alonso por Palacios y Cristian Mejía en lugar de Fabián Estoyanoff, demostrando el colombiano que en este momento está por encima del Lolo aún sin haber tenido una actuación destacada.
Apenas dos minutos después se cayó la estantería con el tanto picapiedra. Britos recuperó un balón en la salida ante Guillermo Rodríguez (de flojo desempeño), habilitó en largo a Richard Núñez y éste último, de poco aporte en la tarde, colocó un centro para Nicolás Guevara en el área. El argentino saltó entre los centrales mirasoles, amortiguó de pecho y sacudió la zurda para el 1-0 que significó su séptimo tanto del certamen.
El nerviosismo en el Centenario era mayúsculo y la hinchada carbonera empezaba a pedir a sus jugadores la clara y yema que hasta ese momento no se había visto. Para tranquilidad de los mirasoles, sólo seis minutos después de la apertura del tanteador igualó Darío Rodríguez con golpe de cabeza tras córner bien tirado por Pacheco, aprovechando también la tímida salida del arquero Lucero Álvarez.
De allí en más, Peñarol se fue arriba con temperamento y sin fútbol, y creció la figura de Néstor Moiraghi en el fondo rojiverde, sobre todo conteniendo al colombiano Mejía cuando se tiró por su sector. El joven pudo inquietar cuando metió diagonales o se cambió esporádicamente de punta, pero lo costó progresar por la derecha con el perfil cambiado frente a la férrea marca del zaguero argentino devenido en lateral esta tarde.
Santiago Solari entró por Albín y Keosseian ordenó un 3-3-1-3, que no por acumular gente arriba generó más peligro. Más entero físicamente y centros al área del conjunto (bien) dirigido por Jorge Giordano, sumados al empuje de su parcialidad, el elenco aurinegro arremetió contra el arco de su adversario pero apenas sirvió para cambiar la imagen de apatía que exhibió en el primer tiempo.
El empate terminó siendo justo. Aunque parezca un premio excesivo para un equipo conservador que hizo poco por ganar, terminó premiando la inteligencia de su planteo y castigando la falta de argumentos del que tenía la responsabilidad de quedarse con los tres puntos para seguir liderando el Apertura.
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