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jueves, 19 de agosto de 2010

su granito de arena

Son 100.000 mujeres o más que mueven la economía del país, a pesar de que digan que no”, consideró Mariela Burlón, integrante de la Directiva del Sindicato Uruguayo del Trabajo Doméstico. “Muchas de ellas se levantan a las cinco de la mañana porque vienen de San José, de Suárez, del Cerro y tienen mucho trabajo. Yo era una de las primeras en decir que había compañeras que exageraban y a lo largo de estos cinco años he visto cosas que me han dejado pasmada: gente de 75 años que apenas se puede mover, hace años que están en la misma casa y ver que las quieran trasladar a otra, en la otra punta de Montevideo, pagándole lo mismo, ver que las traten como las tratan... no le entra en la cabeza a un ser humano”.

El gremio reúne a unos pocos cientos de trabajadoras domésticas de las más de 100.000 que hay en el país. De todas formas, es el único sindicato de esta rama de actividad afiliado al Pit-Cnt y tiene ambición de tener cobertura nacional en un escenario muy adverso.

“Se van acercando, se van informando y últimamente se ha acercado gente bastante joven, porque nosotros lo que tenemos es gente muy mayor”, comentó Burlón a No Toquen Nada (Océano FM). “Que ellas tomen impulso y participen, para nosotros es importante porque es una actividad que cansa: nosotros no tenemos compañeras rentadas, nosotras salimos de trabajar, vamos al Pit-Cnt los miércoles y los viernes, después vamos a los Consejos de Salarios, arreglamos los horarios y andamos corriendo. Muchas veces tenemos que reponer las horas”.

Mariela Burlón trabaja como doméstica y dedica su tiempo libre a la militancia gremial. Así lo hacen también sus 10 compañeras de la dirección, además de unas 200 afiliadas que pagan y participan regularmente de las actividades del sindicato.

Según contó la dirigente sindical a No Toquen Nada, las afiliadas actualmente son 900, pero las que realmente están activas son 200.

El 19 de agosto se festeja como conmemoración del primer convenio colectivo del sector, firmado hace dos años. En realidad, la normativa estaba pronta desde 2006, pero se demoró dos años en solucionar la falta de contraparte patronal, para que las representantes de las trabajadoras domésticas tuvieran con quien negociar en los Consejos de Salarios. Finalmente, fue la Liga de Amas de Casa la que aceptó y por eso se logró conformar el grupo 21, el del Trabajo doméstico.

De todas formas, la existencia de contraparte patronal no asegura el respeto a las reglas de juego. Mariela Burlón señaló que desde el sindicato se tienen identificadas varias situaciones concretas donde se vulneran los derechos de la trabajadora, donde además, el empleador es un político reconocido o incluso un dirigente sindical.

“Se da mucho el doble discurso”, consideró. “Hay compañeros que son sindicalistas, que tienen trabajadoras en sus casas y que no cumplen, como también se da en muchos políticos de todos los sectores. Muchas veces sentís que se golpean el pecho y parecen muy justos, pero van las trabajadoras de ellos a nuestro sindicato diciendo las cosas que les pasan cuando hacen los reclamos, y no se les respeta tampoco”.

Desde que se aprobó la nueva normativa -la ley 18.065 de noviembre de 2006-, en los últimos cuatro años la cantidad de domésticas afiliadas a la seguridad social aumentó. Se pasó de 45.000 en 2006, a 57.000 actualmente. De todas formas el avance es lento y, según Burlón, en muchos casos incluye subregistro o el maquillaje de las domésticas frente a la seguridad social. “En el BPS hay muchas compañeras que figuran como rurales o que no están por todo el sueldo”, indicó. “Tenemos compañeras que trabajan en Punta Carretas y en Carrasco que están como trabajadoras rurales. A mí no me entra en la cabeza que pongan una rural y que no se fijen en la dirección de trabajo. Tiene que saltar a la vista que si estoy trabajando en Rambla del Perú no puedo ser empleada rural. Me parece que es un fallo del BPS. También hay muchas compañeras que están trabajando con cama, van a levantar la historia al BPS y se encuentran que están como rurales”.

Rural y servicio doméstico son una caja unificada, igual que Industria y Comercio, algo que puede ayudar a que este tipo de situaciones absurdas no se detecten con facilidad.

De todas formas, con su experiencia de cinco años en la dirección del sindicato, Mariela Burlón detecta algunas fallas y problemas que se dan a nivel de los dos organismos que deben controlar el cumplimiento de las normas en el trabajo doméstico: el BPS y el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

“El control en nuestro sector es compolicado, lo reconocemos. A veces también pensamos que hay que tener un poco más de voluntad para hacer las cosas”, sostuvo. “Por ejemplo, en la parte del BPS nosotros entendemos que sean más flexibles en determinadas cosas: a nosotros no se nos pueden pedir testigos que hayan entrado a la casa, eso es imposible. A estos trabajos no entra nadie, quizá alguien de tu familia en un caso específico, si sos del interior... Pero si son de tu familia, no te sirven de testigos. Un portero muchas veces no te quiere salir de testigo, porque puede quedarse sin trabajo. Una compañera tampoco te sirve de testigo. En cuanto al Ministerio, ahora se está diciendo que va a haber un mecanismo de inspección inteligente, que no sé cómo es”.

Con este panorama, de todas formas, se pueden anotar logros. La ley de 2006 reglamentó las ocho horas, los descansos diarios y semanales y el derecho al seguro de paro. También se logró elevar considerablemente el salario mínimo que pasó de menos de 2.800 pesos en 2006, a 4.792 en la actualidad. También se establecieron aumentos por antigüedad a partir del primer año de trabajo y ajustes por inflación.

Actualmente, el sindicato está tratando de avanzar en la negociación de su propia ley de fueros sindicales. El trabajo doméstico es la única rama que no cumple con la ley de fuero sindical: en todos los demás sectores existen sindicalistas rentados a quienes se les paga por militar.

En los últimos meses el sindicato presentó un proyecto de fondo de acción gremial diseñado junto al BPS y el Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT. Ese fondo gremial se alimentaría con el aporte de un 0.11% del total de aportes patronales. Pero según Burlón, el Ministerio y la patronal pusieron trabas: ya van dos reuniones que la patronal suspendió y dejó sin tratar el asunto.

La dirigente cree que una solución podría ser un cambio cualitativo y, según ella, no se haría una utilización tradicional. “La idea del sindicato es nunca tener personas rentadas, sino que, por ejemplo, quien se encargue de pagar esas horas, antes que el patrón, sería el mismo sindicato. La idea es que las personas nunca pierdan el contacto con la realidad del trabajo”, remarcó. “Esas horas son para todas las compañeras, las del interior también: aparte van a ser para capacitarse, para cursos que queremos hacer, porque nosotras muchas veces trabajamos con niños o con gente mayor, o personas con enfermedades, y muchas veces no tenemos las herramientas”.

Este jueves, entonces, quienes sean patrones de trabajadores domésticos tienen la obligación legal de darles el día libre y pagar. Los trabajadores tienen derecho a exigirlo y no sufrir consecuencias por hacerlo.

Mariela Burlón contó a No Toquen Nada las actividades previstas a partir de las 14 horas, en el local de Conaprole e Avenida Agraciada y Suárez. “Las esperamos a todas para celebrar y para transmitirles algún otro logro que tenemos. No tengan miedo, vamos a ser todas trabajadoras, todas en la misma situación, nadie es más que nadie. Somos nosotras las que tenemos que unirnos para hacer valer nuestros derechos. Si cada una tira por intereses personales, el sindicato no crece. El sindicato crece si nos unimos”, destacó. “A nivel mundial somos los únicos que tenemos el Día del Trabajador Doméstico, que fue un logro importante obtenido en los Consejos de Salarios”.

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