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miércoles, 14 de julio de 2010

próceres del firmamento


Una multitud acompañó el recorrido realizado durante casi cinco horas por el ómnibus de los celestes. Mujeres, hombres, niños, nadie se quería perder la oportunidad de tener, aunque sea a unos metros a los "leones" de Sudáfrica. Aquellos que nos hicieron vibrar durante un mes, emocionarnos hasta las lágrimas y aprender otra vez a soñar. Desde muy temprano la gente se acercó para saludarlos en el Complejo Celeste, ubicado en la ruta 101, kilómetro 28. Allí comenzó la caravana que con el correr de los minutos fue creciendo hasta llegar a proporciones nunca imaginadas.

El grupo de los futbolistas cumplió con el ritual de sacarse una foto, luego tomaron sus cámaras de fotos, filmadoras y subieron al ómnibus para iniciar un día inolvidable.

Treinta minutos pasaban de las 11. Custodiados por personal de seguridad, los jugadores les pusieron el pecho a los 7 grados de temperatura y una sensación térmica polar.

EL CAMINO

Carteles, banderas, camisetas, todo servía para saludar el paso de los deportistas. Una tela enorme en la rambla decía: "Gracias muchachos, gracias por tanta alegría". No alcanzarán los minutos, las horas, ni los días para demostrarle tanto afecto y reconocimiento a la selección nacional.

Forlán, el "Ruso" Pérez, Muslera, el "Loco" Abreu, Cáceres, todos con sus cámaras en la mano tomaban registro de lo que ocurría. No se querían perder detalle, el día que quedará grabado en sus corazones de por vida. En la rambla, a la altura de Pocitos, la muchedumbre parecía llevar el ómnibus en andas. Un cartel colgado en un edificio rezaba: "Pusieron lo que había que poner, ya son campeones". Ese era el sentimiento general, más allá del cuarto puesto logrado en Sudáfrica, el homenaje fue digno de campeones. Cuando transcurrían más de tres horas, la caravana estaba aún en la rambla, pero ya tomando Paraguay para subir hasta 18 de Julio y dirigirse a avenida del Libertador. En el Palacio Legislativo la gente esperaba desde temprano. Fue el caso de una familia que llegó desde Salto y que inició la vigilia a las seis de la mañana para obtener un lugar privilegiado con el objetivo de alentar a los jugadores oriundos de su departamento: Cavani y Suárez. EL FINAL

Los últimos kilómetros fueron los más lentos de toda la caravana; cuando el ómnibus tomó avenida del Libertador, la gente se desesperó. Aquellos que estaban en el Palacio lo vieron venir a lo lejos, otros se volcaron para la calle Rondeau porque sabían que lo iban a desviar, si no, no había forma de llegar.

El grito de "Soy celeste, soy celeste" era cada vez más fuerte. Porque a medida que se acercaban todo el mundo los quería saludar. El "Loco asomaba por el techo del ómnibus con la filmadora en una mano y una amplia sonrisa instalada en su rostro. A su lado el "Pelado" Cáceres agitaba una bandera de Uruguay. El Maestro Tabárez, en el primer asiento, no paraba de sonreír y agradecer a la gente por tanto cariño y no podía ocultar su emoción cuando en varios tramos su nombre fue coreado. Atrás, en el último lugar, el "Ruso" Pérez no daba crédito a lo que estaba viendo. El capitán Lugano por momentos se tomaba la cabeza.

Fue un día inolvidable, histórico, a tono con la gesta deportiva con la que Uruguay comenzó a escribir una nueva historia.
MUJICA ABUNDÓ EN ELOGIOS Camisetas, carteles, banderas y más banderas en las manos de los niños, de los adultos y colgando de los edificios. La avenida del Libertador se vistió de celeste, cientos de personas se agruparon a los alrededores del Palacio Legislativo para recibir a la selección uruguaya, que llegaba desde Sudáfrica, luego de obtener el cuarto puesto en el Mundial.

Antes de la llegada de los celestes se generaron momentos de tensión porque la gente quería sobrepasar el vallado, pero luego el público se apaciguó y sólo se dedicó a ovacionar a su selección de fútbol, que después de una extensa caravana subió al escenario que se armó en las escalinatas del Palacio Legislativo y fue recibida por el presidente José Mujica y su esposa, la senadora Lucía Topolansky. El capitán de la selección, Diego Lugano, devolvió el pabellón que le entregó Mujica antes del viaje y una camiseta celeste autografiada por todos los jugadores. Bajo el estrado quedaron los líderes de la oposición, Pedro Bordaberry y Jorge Larrañaga, en compañía de ministros de Estado.

"Nunca hemos estado tan unidos por encima de las clases sociales, por encima de los colores políticos", dijo Mujica al comienzo de un breve discurso. En nombre de todos los uruguayos, el presidente agradeció "una cuota de coraje y de juventud". "Esto es de ustedes, esta es la pequeña patria que los reconoce, que no son sólo guapos, sino valientes, porque nos dieron la esperanza de soñar".

El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Sebastián Bauzá, agradeció a todos los dirigentes que demostraron que "el fútbol no tiene bandera, sólo la celeste". Por su parte, el entrenador, maestro Óscar Tabárez, señaló su sorpresa, impacto y emoción por el cariño de la gente. "Estos muchachos merecían un reconocimiento, pero esto ha superado todo, todo lo imaginable. No hay palabras para describir lo que hemos presenciado".

Lugano agradeció el homenaje y señaló: "Seguramente, esto que ustedes nos están regalando es mucho más de lo que merecemos, porque apenas hemos hecho lo que cualquier jugador de este país hace, que es dar la vida por la camiseta. Acariciamos la gloria, pero no se dio y al volver nos encontramos con una copa que va más allá de lo que nos imaginábamos, el ver a todo Uruguay unido". Los jugadores y el cuerpo técnico recibieron de manos de Mujica, el vicepresidente Danilo Astori, Topolanasky y la diputada Ivonne Passada medallas de bronce en reconocimiento a su labor. La ceremonia concluyó con el grito de Lugano: "Vamo' arriba Uruguay".

EL MENSAJE DE FORLÁN

El ganador del Balón de Oro del Mundial de Sudáfrica, Diego Forlán, señaló que lo tomó por sorpresa el festejo que hicieron todos los jugadores de la selección por el premio que recibió de parte de la Fifa.

"El premio, la verdad que me tomó por sorpresa y de la manera que lo festejaron mis compañeros me sorprendió aún más. Es un premio que lo gané gracias al grupo humano que hubo, a la unión, al cuerpo técnico y al trabajo de todos nosotros", agregó Forlán.

En ese contexto, el delantero de la selección agradeció a todo el público presente en el Palacio Legislativo. "Esto era impensado el día que nos fuimos y más en un país tan rico de historia como es el uruguayo. Y hoy se ha transformado en una fiesta tan grande como esta, eso es increíble", aseguró. Forlán agradeció aún más "al trabajo serio, humilde y con respeto" de todo el cuerpo técnico e instó a todo el pueblo uruguayo a “creer en nosotros mismos”.

EL “LOCO” HIZO DE ANIMADOR

"Gorzy, dejá al 'Loco' un ratito", le dijo el capitán de la selección, Diego Lugano, al periodista Sergio Gorzy, a cargo de la celebración. Ante el pedido, Gorzy le dejó su lugar a Sebastián Abreu, para que hiciera de "animador" en la fiesta celeste. "Donde manda capitán, no manda marinero", señaló el periodista y el Loco hizo de las suyas.

"Espero que el día que me postule a presidente tenga a toda esta gente para que me vote", bromeó Sebastián Abreu, al tiempo que agradeció el "respaldo y el respeto" de la gente, que no vino con el cuarto puesto del Mundial; vino desde la Eliminatoria y eso es fundamental". Ayer también se supo que el grupo llamaba “abuelito” a Abreu.

CASAMIENTO PUEDE ESPERAR

El "Flaco" Álvaro Fernández tuvo que cambiar para hoy la fecha de su casamiento. Estaba previsto para ayer en la tarde pero convenció a su novia para aplazarlo y argumentos no le faltaban. Abreu bromeó con eso y señaló: La boda se realizará en su ciudad natal, Agraciada, y la futura esposa se llama María Verónica Rodríguez.

EL EJEMPLO DE LODEIRO

Al grito de: "Olé, olé, Nico, Nico", el capitán de la selección, Diego Lugano, le agradeció a Nicolás Lodeiro por haber jugado buena parte del partido frente a Ghana con una fractura en un dedo de su pie."Jugar así, eso nosotros lo valoramos mucho", aseguró el "Loco" Sebastián Abreu mientras el Nico aplaudía con sus muletas..

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