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lunes, 2 de noviembre de 2009

gobierno de TERROR


Es muy poco público como para poner amplificación, no será necesaria” dijo Nelson Pérez, dirigente floridense, al encargado de colocar parlantes en el Centro Social “12 de Octubre” de Sarandí Grande. Es que la tarde desbordaba de lluvia, y los pronósticos no aseguraban más de 15 personas como auditorio. Sin embargo con el correr de las nubes y de las horas, llegó el público compuesto especialmente por dirigentes locales y departamentales del Partido Nacional. Público en general, cero. Medios de comunicación, pocos.

Sin euforia, como si fuera una reunión de amigos, la jornada se explica como “una forma de indicarles a las convenciones, a las comisiones departamentales, a los dirigentes de cada ciudad, la forma de encarar la campaña del balotaje”, dijo Francisco Gallinal. No hay banderas. Sí hay felicitaciones para los diputados electos y abrazos para los ya proclamados candidatos a las intendencias.

Francisco Gallinal comentó a 180 –un poco antes de dirigirse al auditorio blanco- que “la candidatura de Lacalle no es sólo del Partido Nacional, es de todos los uruguayos que no compartan el criterio con el que se está desarrollando la campaña desde la fórmula Mujica – Astori”. Cada uno de los cinco grupos de dirigentes recorre zonas del país explicando de qué forma se va a desarrollar la campaña, mientras se asegura que el candidato llegará al menos una vez a cada departamento del interior del país.

“Recordemos que hay un 52% de los ciudadanos que no votó a Mujica, y en consecuencia empezamos de cero. Este es un partido distinto. Mientras Mujica dice que saldrá a luchar para ganar con el Frente Amplio y Astori lo reafirmó, nosotros decimos que esto no es contra de nadie, elegimos presidente de la República. La ciudadanía eligió darle la mayoría parlamentaria al Frente Amplio, se reservó para noviembre la decisión de quién será presidente y ahora tiene dos posibilidades”.

Tanto Vidalín como Gallinal como Cardozo mencionan palabras comunes como “equilibrio”, “sumatoria de voluntades”, “esto no es contra nadie”, “dejamos atrás al Partido Nacional para levantar la bandera nacional”. Cuando hablan enfocan a los ojos de los dirigentes, y tratan de darles ánimos. “Que la negociación no sea una necesidad sino una obligación, como sucede en tantas democracias del mundo, sobre todo en Europa, y donde tengamos que ponernos de acuerdo dentro del sistema político para darle respuestas a la gente”, enfatiza Cardozo. Entonces se mencionan ejemplos como el de Argentina –donde a mitad de administración cambia el Parlamento- o Estados Unidos –donde Bush gobernó con mayoría opositora en las cámaras-Consultado sobre un nuevo discurso de Luis Alberto Lacalle, más conciliador, Gallinal asume la defensa del presidenciable. “Lacalle siempre lo tuvo a ese discurso. El Partido vota menos que en 2004, pero también es cierto que vota muy bien con el 30%, y eso divide al país en tercios teniendo en cuenta el crecimiento del Partido Colorado y su recuperación”.

En otro pasaje del acto que insume una hora y poco más, se mencionan dirigentes colorados con la misma familiaridad con que se cita a los antiguos compañeros. “Bordaberry vendrá al interior, y ya anunciaron los dirigentes departamentales que saldrán a hacer campaña”, anuncia el diputado Carlos Enciso, abriendo la oratoria. A Enciso y a Vidalín no les molesta tener minorías parlamentarias con Lacalle presidente.

Y después atacan junto con Gallinal, a Mujica.

“Yo creo que el cuco que tiene el Frente Amplio es su propio candidato. No por casualidad el presidente Vázquez por tres veces deja claramente de manifiesto que le preocupa una presidencia de José Mujica. Que no va a recibir a Mujica antes de noviembre, sino que luego recibirá a quien sea electo. Yo no creo que pueda haber cucos de parte del Partido Nacional, lo que sí hay es apertura y posibilidad de entendimientos”

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