Mientras los médicos de la Peluffo Giguens reclaman una reestructura, el presidente del consejo directivo considera que “no hay nada que negociar”
El conflicto que se disparó en diciembre del año pasado en la Fundación Peluffo Giguens (FPG) con la destitución del doctor Ney Castillo se encuentra en punto muerto por la falta de diálogo entre las partes. Con Castillo de vuelta en sus funciones y con el cuerpo médico dispuesto a renunciar si no hay una reestructura profunda, la coordinadora del espacio de negociación está de licencia y no hay avances significativos en el tema.
Las diferencias entre la directiva y el cuerpo médico de la Fundación venían desde hace un tiempo, pero saltaron a la opinión pública en diciembre pasado a partir del anuncio de la destitución del director médico del servicio, el Dr. Ney Castillo. En aquel entonces, el presidente del consejo directivo argumentó que Castillo había "dañado y agraviado" al órgano, a partir de unas declaraciones al Semanario Búsqueda, en las que criticó el destino de los fondos de la Peluffo (ver la diaria 27/12/2011).
A partir de allí, el cuerpo médico de la FPG tomó medidas para que Castillo fuera reintegrado a sus labores y se declararon en conflicto, con el apoyo del Sindicato Médico del Uruguay. También se sumaron al apoyo los padres de los niños que se atienden en el centro y la Asociación de Funcionarios de Oncología Pediátrica, que plantearon su respaldo al cuerpo médico y criticaron el accionar de la directiva y sobre todo de su presidente, el abogado Jorge Bartesaghi.
En ese momento, el equipo médico pidió la renuncia de Bartesaghi y anunció que de no haber cambios significativos en la conducción, renunciarían en forma masiva el 1º de marzo. Los Ministerios de Trabajo, Salud Pública, e incluso el de Educación y Cultura intervinieron en el conflicto. Finalmente se creó una instancia de negociación entre las partes coordinada por la directora del Hospital Pereira Rossell, la Dra. Ima León.
Distintos cristales
En diálogo con la diaria, Castillo comentó que al irse de licencia León las renuncias del equipo médico quedaron en stand by por veinte días, cuando retorne a su trabajo. A pesar de la licencia de la doctora, la mesa de negociación fue citada la semana pasada, pero únicamente con el objetivo de nombrar a los representantes que integrarán el espacio.
Según comentó Castillo los planteos del equipo médico siguen siendo los de lograr una reforma de estatutos, que permita -entre otras cosas- que el consejo directivo esté integrado por representantes del equipo médico, de las comisiones de apoyo de la Fundación y de los usuarios, "y no solamente por personas que se autoeligen vitaliciamente".
El director médico del servicio también recordó que el pedido de renuncia de Bartesaghi sigue en pie.Por su parte, Jorge Bartesaghi consideró que no hay ningún ámbito de negociación "porque no hay nada que negociar", y que lo que está convocado es una mesa de trabajo para tratar aspectos cotidianos del servicio. Comentó además que "nunca consideró su renuncia" y que nadie le comunicó nada formalmente sobre las renuncias del cuerpo médico.
En este contexto, Castillo indicó que no hubo cambios entre ambas posturas, porque el diálogo está cortado y se da únicamente a través de terceros. El principal planteo hacia la conducción de la FPG es que se inviertan los dineros con asesoramiento médico. Raquel Zugasti, presidenta de la Comisión de Apoyo de Montevideo de la fundación, señaló que la siguiente reunión de la mesa de negociación será el próximo 29 y que si no se aceptan los planteos de los médicos, presentarán su renuncia en esa oportunidad.
Todo sigue igual
la diaria estuvo en conversación con integrantes de las comisiones de apoyo de la Fundación, quienes manifestaron que desde que el tema se instaló en la opinión pública no hubo cambios en la atención de pacientes, ni en el funcionamiento del centro. Cristina Isnardi, de la Comisión de Apoyo de Maldonado, señaló que los padres de los niños que se atienden en la Peluffo no comentaron nada respecto a dificultades en los tratamientos y definió al conflicto como “un problema interno de dos personas que no se ponen de acuerdo”. Expresó que en la comisión ya escucharon las dos campanas y que entendieron que no les correspondía tomar postura por alguna de ellas.Por su parte, Ana Palermo, de la Comisión de Apoyo de Paysandú, mostró una postura similar y discrepó en la forma en que fue tratado el conflicto. Para Palermo tuvo que haber tenido un tratamiento “más a la interna” y no tan mediático. Con respecto a la atención de los niños en la fundación, señaló que tampoco recibió quejas de los padres.
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