la realidad lastima

El hombre que insultó ayer a José Mujica en la Expo Prado es un militante de Asamblea Popular que realizó una serie de acusaciones que fueron rechazadas por allegados al presidente. El hombre llegó a decir que a Mujica lo atraparon los militares luego de que la propia Lucía Topolansky lo delatara, lo que reavivó la preocupación del gobierno sobre agravios a sus figuras y los comentarios en los portales de Internet.

El presidente José Mujica debió retirarse de la Expo Prado después de su reunión con la Asociación Rural, debido al incidente con un hombre que se le acercó.
Mujica estaba rodeado por periodistas cuando un hombre le dijo: "Mirame, Pepe. Vos, la tronca y el Ñato nos entregaron en la cárcel y ahora entregás el pueblo a las multinacionales. Estás entregando la sangre de nuestros compañeros".
Después del suceso, la seguridad del presidente lo acompañó a retirarse en un coche del lugar. De acuerdo a la información de Subrayado, el hombre se identificó como Sergio Lamanna, preso 1577 del Penal de Libertad. Fue apresado en 1974 y liberado dos años después.
Hoy, el diario La República amplió algunos datos sobre el hombre y sus declaraciones en la Expo en el día de ayer. De acuerdo al matutino, Lamanna es un militante de Asamblea Popular que ayer aprovechó para lanzar todo tipo de acusaciones a las autoridades que se encontraban en el lugar.
Llegó a decir que "no hay un solo diputado, ni un solo senador del MPP que no haya sido entregado por esta camarilla".
Declaró a los periodistas además que Lucía Topolansky, esposa de Mujica, había delatado al actual presidente y por ello fue apresado por los militares. Agregó que Mujica había delatado al senador nacionalista Enrique Erro (para quien trabajó al comienzo de su carrera política).
Fuentes tupamaras aseguraron a La República que si bien Lamanna estuvo preso durante dos años, no tenía prácticamente contacto con el resto de los prisioneros.

Preocupación por agravio
El hecho fue condenado ayer por varias figuras políticas allegadas al presidente. El secretario de Presidencia, Alberto Breccia, tildó de "disparate" lo dicho por el hombre y aprovechó para volver a llamar la atención sobre los comentarios "agraviantes e injuriosos" que las figuras del gobierno deben tolerar por parte de los comentaristas anónimos de los portales de noticias.
Según recogió La República, dijo que todo el que se sienta agraviado puede recurrir a los juzgados o hacer Justicia por mano propia, y que ese tipo de comentarios pueden configurar el delito previsto en artículo 19 de la ley 16.099 de "Comunicaciones e informaciones", que establece que lo "constituye delito de comunicación, cometido a través de los medios de comunicación, la ejecución en emisiones, impresos o grabaciones divulgados públicamente, de un hecho calificado como delito por el Código Penal o por leyes especiales, siempre que la infracción quede consumada en cualesquiera de aquellos".


Breccia ya había anunciado que iniciaría acciones legales contra el comentarista de un portal local que lo injurió y señaló la importancia de comenzar a debatir qué es lo que se puede decir y qué no en espacios abiertos para la opinión, como los portales.
"¿Qué es lo que nos podemos decir los uruguayos? Vamos a plantear la discusión", dijo Breccia a Montevideo Portal.
Señaló que las autoridades tienen la potestad de pedir al medio la información del usuario que lo agravió, y que si éste se niega el denunciado será el medio por encubrimiento, considerando la ley 16099, que señala que cuando la nota no está firmada el redactor responsable debe hacerse cargo de sus contenidos.
Lo sucedido ayer en el Prado y el enojo de Breccia por los comentarios de los portales son parte de una preocupación cada vez mayor del partido de gobierno por los agravios a sus figuras. El diputado Víctor Semproni pidió esta semana que se retire o controle más la página de Facebook de la Cámara de Diputados, luego que se reiteraran insultos a Mujica en el muro, y pidió también iniciar un debate sobre lo que se puede y no se puede decir en ese tipo de espacios.