domingo, 27 de marzo de 2011

de la pantalla grande.... a la vida real


Además de los recuerdos de sus dos días en Uruguay, Richard Gere y su esposa se llevan 10 camperas de cuero. Once, en realidad: compraron 10 prendas y les regalaron una más. Ayer abandonaron Punta del Este en un avión privado.

Richard Gere (61) y Carey Lowell (50), actriz conocida por ser la fiscal asistente Jamie Ross en la serie de TV La ley y el orden, partieran ayer a la hora 16.05 del aeropuerto internacional "Punta del Este" de Laguna del Sauce acompañados de su hijo de 10 años y unos amigos de la familia.

Gere llegó a la terminal aérea local poco después de las tres de la tarde en la misma camioneta que empleó durante su estadía de algo más de 48 horas en la zona.


Luego de los trámites migratorios, el actor y sus acompañantes concretaron una breve pasada por la tienda de duty free del aeropuerto.

Una camioneta se encargó, mientras tanto, de trasladar el voluminoso equipaje al avión que esperaba a sus famosos pasajeros con los motores encendidos en la plataforma de la terminal aérea. La familia Gere fue llevada al avión Hawker matricula LV-BBG en una de las camionetas de la firma concesionaria de la terminal aérea.

Seis reporteros gráficos, apostados contra el alambrado que limita el acceso a la plataforma empleada para el estacionamiento de aeronaves, tomaron imágenes de la llegada de Gere a la aeronave. Antes de subir el avión, el matrimonio -Gere y Lowell están casados desde noviembre de 2002- aceptó tomarse algunas fotos con el personal que los acompañó a embarcar. Minutos después el Hakwer cerró su única puerta, aceleró sus motores y luego de una corta carrera, despegó hacia Buenos Aires.

MEDITACIÓN. Gere pasó una mañana de sábado muy distendida en la chacra del complejo "La Carolina" de Sauce de Portezuelo. A media mañana, luego del desayuno, Gere salió a caminar por el entorno del lugar. Mientras tanto, su esposa revisó los detalles del viaje de regreso.

Desde lejos, los reporteros gráficos, de distintos medios argentinos y uruguayos apostados cuerpo a tierra como francotiradores, estaban atentos para cubrir los pasos de Gere por la costa uruguaya.

Algunos caminaron casi un kilómetro con cámaras, lentes y trípodes con el objetivo de lograr la mejor imagen. Los fotógrafos no solo enfrentaron el malhumor de los custodios del fraccionamiento sino también un enjambre de tábanos.

Si bien Gere no concurrió a templo alguno -se especulaba con la posibilidad de que fuera al recinto budista de Aguas Blancas, en Lavalleja- aprovecho el amanecer para ir a meditar en un alejado médano poblado de arboles no muy distante de la casa a 150 metros del mar en la que se alojó. El viernes meditó alrededor de las 10 de la mañana. Ayer sábado lo hizo más temprano, a eso de las ocho. Luego anduvo a caballo por la playa de Portezuelo con su esposa.

En el atardecer del viernes, luego de su publicitada visita y almuerzo en el parador "La Huella" de José Ignacio, Gere recorrió Punta del Este.

En la península caminó por varias cuadras del circuito comercial. Siguiendo el consejo de una amiga argentina, la familia Gere ingresó al local de venta de ropa de cuero de la marca "Doma", ubicado en la esquina de las calles 28 y 18.

"Se mostraron muy entusiasmados con las prendas. Entre los dos compraron 10 camperas. Richard se compró dos camperas color negro clásicas. Su esposa compró varias. Le encantaron las camperas con capuchas, de las que se llevó tres. Luego optó por un gamulán muy coqueto. Entre las camperas que se llevó la señora había tipo crudo, de varios colores y alguna negra", explico a El País la encargada del local, Lucía Dossetti.

Una acompañante del matrimonio Gere Lowell se hizo cargo de la factura por la compra: US$ 10.000 en efectivo.

La presencia del astro del cine tomó por sorpresa a las vendedoras del local quienes no esperaban semejante cliente. "Quedamos impactadas pero ellos estaban muy tranquilos y de muy buen humor. Inclusive no les molestó la presencia de los paparazzis que estaban fuera del local tomando fotos. Yo no pude pero una compañera se sacó una foto con ellos. Cuando se iban nos preguntaron cómo hacían para ir hasta el aeropuerto. Pensamos que ya se iban", agregó Dossetti.

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