jueves, 9 de septiembre de 2010

cuidado con el tejido


Hoy el gobierno cuenta con 6.000 plazas carcelarias para una población reclusa de 9.000 presos, lo que le impide una clasificación de los mismos de acuerdo al tipo de delito, si son primarios o reincidentes, si requieren alta, media o baja seguridad de reclusión.

Sin embargo, están en curso una serie de obras que revertirán la situación: la cárcel de Rivera (400 plazas), ampliación del Penal de Libertad (2.300 plazas), ampliación de Las Rosas y un nuevo módulo en el Comcar (550 plazas más entre ambas obras), construcción de una cárcel “espejo” de Las Rosas (260 plazas), ampliación del CNR (300 plazas) e inauguración de Punta Rieles.

El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo a Ultimas Noticias que todas las obras, que suman unas 3.000 nuevas plazas para reclusos, estarán terminadas y aptas para ocupar en mayo de 2011.

Acerca de si para esa fecha se puede decir entonces que se terminará con el hacinamiento carcelario, Bonomi respondió con un rotundo “sí”. “Nos encontramos con un hacinamiento muy importante y la imposibilidad de rehabilitar gente. Entonces nos fijamos tres pasos; el primero, el descongestionamiento de cárceles”, dijo el jerarca.

Respecto a Punta Rieles, el ex edificio del Ministerio de Defensa convertido en cárcel de baja seguridad para penados, el actual gobierno lo recibió con financiamiento para mejorarlo pero sin las obras iniciadas.

Si bien en un principio estaba previsto que alojara a entre 600 y 700 presos, Bonomi explicó que “ya fue entregado un celdario con una barraca, que tiene un perímetro externo común y subperímetros dentro del perímetro para 226 presos. Y se están por entregar dos barracas que llevan la capacidad a 386 presos”. Cuando finalice la obra completa, se contará con una cárcel para 850 presos.

“Nos proponen hacer dos celdarios más para llevar la capacidad a 966 reclusos y vamos a aceptarlo”, agregó. Sobre la forma, explicó que se puede hacer como ampliación de licitación, sin necesidad de un nuevo llamado.

Además, en el marco del proyecto de Presupuesto enviado recientemente al Parlamento, está prevista la construcción de dos complejos carcelarios de 900 personas cada uno. Pero el Ministerio del Interior tiene una duda y es si reparte ese número de presos en 300 plazas de baja seguridad, 300 de media seguridad y 300 de altísima seguridad. Lo que está claro para las autoridades es que, si se abren estos dos establecimientos, se cierran el de Las Rosas y también algunas cárceles del interior del país.

Otra opción que se maneja es transformar el celdario de Libertad en una cárcel de alta seguridad “para narcos o presos por delito organizado” y un módulo del Comcar para mediana seguridad.

“Entonces las dos cárceles de 900 plazas las hacemos de media y baja seguridad”, indicó Bonomi a Ultimas Noticias. Pero esta idea comenzará a desarrollarse a partir del próximo año.

Por otra parte, cuando esté lista la cárcel de Punta Rieles se trasladará momentáneamente y en forma separada a la población de los módulos del Comcar para poder repararlos porque “están todos rotos y los presos andan sueltos en el perímetro”.

Los otros dos puntos de la política carcelaria, en los que se comenzará a trabajar cuando se haya superado el problema de la sobrepoblación, son la clasificación de los reclusos y su rehabilitación.

CHACRAS: REPETIR EL MODELO DE CAMPANERO
Una vez concluidas las obras que brindarán a las autoridades 3.000 nuevas plazas para presos, se procederá a la ampliación y construcción de chacras policiales- carcelarias en el interior del país. “Tenemos el ejemplo de Campanero” (la chacra policial de Lavalleja), dijo Bonomi. Comentó que “antes de que sucediera lo de Rocha (el incendio en el que murieron 12 reclusos), ya habíamos empezado a mejorar la chacra de ese departamento y estábamos muy avanzados en Campanero”.

El titular de Interior afirmó que la intención de su cartera es “cerrar lo más rápido posible todas las cárceles que estén en el centro de las ciudades del interior”. En contrapartida, se apelará a las chacras.

Bonomi comentó que “Campanero como chacra está bárbaro. Pero para trasladar todos los presos de Lavalleja hay que hacer un intramuros, con perímetro de seguridad”. Eso comenzó a realizarse con mano de obra reclusa. “Luego vimos que el mejor celdario que hay en el interior es el de Cerro Largo y está en un lugar que tiene varias hectáreas, pero no tiene chacras. Entonces a Campanero le vamos a hacer un celdario como Cerro Largo y a Cerro Largo, una chacra como Campanero”, dijo el ministro.

El trabajo se extenderá a todas las chacras del interior, que se ampliarán hasta alcanzar una capacidad de 200 personas cada una. Hoy hay entre 12 y 20 reclusos en las que funcionan. Esto dará unas 3.600 plazas, que se sumarán a las 3.000 previstas.

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