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lunes, 31 de mayo de 2010

escarbar...


El ex intendente de Paysandú, Julio Pintos, piensa que la decisión de habilitar la candidatura en su departamento de la candidata del Movimiento de Participación Popular (MPP), Salomé Wollman, junto con su propia postulación a un segundo período, fue un “error político” que el Frente Amplio (FA) terminó “pagando muy caro”. “Nos metimos en una competencia interna y por eso fuimos derrotados”, sentenció el dirigente del Partido Socialista (PS), molesto por la “incapacidad” de sectores de la izquierda sanducera al momento de “determinar quién es el adversario”. Pintos hizo hincapié en que la campaña de ambos candidatos no tuvo “la misma conducción”, aseguró que faltaron “metas y estrategias” comunes pautadas por el comando central y criticó, por ejemplo, una pieza televisiva de Wollman que incluía críticas a su gestión departamental.

“No hubo un análisis de coyuntura común, no acordamos qué puntos atacar y no parecía estar claro con quién era la competencia. Fue una experiencia negativa porque no se transmitió un mensaje de esperanza y no logramos entusiasmar con el proyecto progresista nacional y departamental. Eso no estuvo en los discursos y no logramos transmitir confianza en la gestión. Todo eso terminó minando la confianza de la gente en el proceso progresista”, aseveró.

Pintos interpreta que muchos votantes están preocupados por la “lucha de poder” dentro del FA y reclaman una “recreación” del “proyecto frenteamplista unitario” que dio origen a la coalición en 1971. “Y creo que apuntan en la dirección correcta, porque nuestra única preocupación no puede ser cómo repartimos el poder adentro”, opinó.

Para ser más gráfico, Pintos relató que en la mesa en que fue delegada su esposa apareció un sobre de votación con un aviso publicitario del FA que llevaba una foto de él y Wollman. “Con una birome le habían escrito ‘Para que no se peleen más’, y la verdad es que tuvimos varias señales parecidas en la campaña. Muchos anularon su voto enojados con el tono de la campaña interna”, reflexionó. El ex jefe comunal no tiene una “definición precisa” respecto a la conveniencia de presentar sólo candidaturas únicas. “El problema no es la multiplicidad como concepto, sino cómo encaramos instancias como éstas”, manifestó.

“Actualización orgánica”
Fabricio Siniscalchi renunció a su cargo como secretario político de la Presidencia del Frente Amplio, después de once años y siete meses en esa responsabilidad. La decisión la tenía tomada desde hace por lo menos tres años, aunque terminó de concretarse en marzo, cuando le transmitió a la Mesa Política del FA su voluntad de dedicarse a la actividad privada en la localidad coloniense de Rosario.
Siniscalchi entiende que ya ha cumplido una etapa y que es momento de abrir espacios para que gente nueva aporte en la fuerza política. Pero desde su experiencia aporta alguna reflexión: afirma que el FA necesita una “actualización orgánica” y sobre todo una “mejora de su calidad de democracia interna”, conclusión a la que llegó al evaluar el funcionamiento de los organismos y su representatividad. “Es necesario que los sectores apuesten realmente a potenciar la estructura del FA. No puede ser un ámbito donde en definitiva se comparten los símbolos comunes y después cada uno tira para su sector lo más que puede. Eso le hace mucho daño al FA”, advirtió.
Para el ex asesor de Tabaré Vázquez, esa realidad también se trasluce al analizar a quiénes envían los sectores para integrar los organismos del FA, que “se transforman en burocracia por pura incapacidad política”. “Las figuras sectoriales más representativas nunca están en los organismos del FA y los que van podrán decirte que representan a un colectivo de veinte personas que discutió tal tema, pero así no es la política. Es más viva y dinámica, y requiere que las principales figuras participen como cuando estaba Tabaré Vázquez [en la presidencia frenteamplista]”, comparó.
Por esos años los cabezas de lista eran “jefes de partido”, y aunque quizá no iban a la Mesa Política, sí estaban “comprometidos en los ámbitos decisivos”, pero “esas cosas no pasaban en el FA cuando me fui, y no creo que hayan cambiado en estas semanas”, dijo. De todos modos, el renunciante no piensa que la solución sea sólo llegar a acuerdos para un eventual reemplazo de Jorge Brovetto. “Si al presidente del FA lo dejan solo como hasta ahora, salvo que sea Jesucristo le va a seguir pasando lo mismo. El FA es una construcción muy compleja que requiere la participación de todos y el presidente es uno más. Pensar que con un cambio de presidente se está transformando al FA es, por lo menos, una ingenuidad”, remató Siniscalchi, cuyo nombre se manejó en 2007 para una conducción colectiva del FA que no llegó a concretarse.

A su vez, el diputado sanducero Gustavo Rombys (MPP) prefiere ser cauteloso al momento de hacer un balance de la derrota. “Lo importante es aportar a una síntesis general, siempre en el marco de un clima de discusión que sirva para llegar a conclusiones que sirvan para el futuro. Salir ahora con opiniones sueltas o descolgadas no es lo más recomendable”, se limitó a responder.

También con cautela, el senador emepepista Héctor Tajam rechazó que la doble candidatura haya sido el elemento decisivo para explicar la derrota sanducera. Tajam, que no quiso comentar el balance sobre las elecciones departamentales realizado el sábado por su sector (ver recuadro), se limitó a decir que la competencia interna “no es el único elemento a considerar sobre lo que pasó en Paysandú, y quién sabe si es el principal para explicar lo que pasó”. Respecto a la estrategia del MPP de presentar postulantes en todos los departamentos en los que no hubiera candidaturas únicas del FA, Tajam dijo que los resultados fueron “disímiles”, y que no fue una opción “solamente del MPP”. “Hay que discutir bien qué resultados dio la estrategia del rastrillo, si es válida o no, pero no estamos para sacar una conclusión todavía”, afirmó ayer.

Desencuentros
La crítica a la estrategia del MPP también estuvo presente ayer en la reunión de la dirección nacional de la Vertiente Artiguista (VA). Según el senador Enrique Rubio, en la explicación de los resultados de las elecciones departamentales pesaron, junto con el “voto rosado” (sumatoria de blancos y colorados) y “algunos problemas de gestión, problemas de debilidad de la fuerza política, de falta de conducción, de falta de defensa de los gobiernos, de pluricandidaturas que muchas veces fueron totalmente artificiales y de formas de definición de candidaturas que fueron resistidas por la gente”, esto último específicamente en Montevideo.

Sobre las candidaturas múltiples, Rubio dijo que hubo quienes “se dedicaron a criticar al compañero y a tratar de pescar en la pecera del FA”, y compartió el cuestionamiento al MPP. “La definición de que en todas partes presentaban candidatos fue una exageración total”, alegó el líder vertientista. El argumento también está presente en la declaración de la dirección de la VA, que afirma: “En algunos casos la multiplicidad de candidaturas instaló escenarios de oposición en la propia interna del FA. Hubo en tal sentido prácticas inadmisibles”.

Respecto a Montevideo, la VA consideró “alarmantes” los resultados electorales, y en particular la cantidad de votos en blanco y anulados. Y añadió que si el FA no mejora “sustancialmente” su gestión capitalina, estará “seriamente comprometida la renovación del mandato, con su consecuente impacto nacional”. Los vertientistas identifican las primeras “señales preocupantes para la fuerza política” en el Congreso Zelmar Michelini de 2007, el Congreso Liber Seregni de 2008, “el clima en el que se desarrollaron las internas del 2009 e incluso [...] la no obtención en primera vuelta del gobierno nacional”.

En este marco, Rubio explicó que se resolvió convocar “a un proceso de renovación del acuerdo político” del FA, que, según dijo “ha sido violado en muchos aspectos”. El análisis debe enfocar “temas de fondo -que no son sólo de estructura, aunque ésta deba estar incluida-” y “que van desde aspectos ideológicos y de visión de largo plazo hasta aspectos de falta de inserción en la sociedad, de falta de capacidad para asumir las nuevas demandas de la sociedad, o problemas de democratización de la fuerza política”.

Para el senador, el acuerdo político del FA implica “todo lo contrario a un comportamiento sectorialista, a la distribución por cuotas de las responsabilidades de gobierno o electorales”. “La proliferación de sectores con expresión electoral, la pérdida de compañeros independientes -síntesis de lo colectivo- y en ese marco también los criterios de distribución de responsabilidades (si se hace exclusivamente bajo cuota o bien con énfasis en la solvencia técnica y en la experiencia acumulada de procesos anteriores) son temas cuya discusión debe encararse”, agrega en el mismo sentido la declaración de la VA

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