La selección uruguaya sub 17 se metió en la final del Mundial de la categoría en México al vencer a Brasil 3-0 en la semifinal, con goles de Elbio Álvarez, Juan Manuel San Martín y Guillermo Méndez. Los celestes, que esperan por Alemania o México, hicieron un partido perfecto en defensa y aprovecharon sus situaciones.
Uruguay 3- Brasil 0Goles: 19' Elbio Álvarez, 72' Juan Manuel San Martín, 94' Méndez
Amonestados: 45' Emerson, 65' Leo, 65 Furia, 67' Álvarez, 83' Cubero, 88' Matheus, 94' Méndez
Expulsados:
Jueces: Alexey Nikolaev, Antonn Averianov y Tikhon Kalugin (rusos)
Estadio Jalisco, Guadalajara
Uruguay: Jonathan Cubero; Alejandro Furia, Emiliano Velázquez, Gastón Silva y Gianni Rodríguez; Leonardo Pais, Heber Ratti y Maximiliano Moreira (81' Sebastián Canobra); Elbio Álvarez (67' Guillermo Méndez); Santiago Charamoni (46' Juan Manuel San Martín) y Rodrigo Aguirre. Entrenador: Fabián Coito.
Brasil: Charles; Wallace, Marquinhos, Matheus y Emerson; Misael (46' Nathan), Guilherme (73' Wellington), Marlon Bica y Lucas Piazón; Leo (74' Hernani) y Ademilson. Entrenador Emerson Avila.
La celeste vuelve a una final del mundo después de 14 años. En Malasia 1997 todo un país vibró con aquel equipo de Víctor Púa que tuvo a Nicolás Olivera y Marcelo Zalayeta como figuras. Hoy, son otros los nombres y Fabián Coito el responsable técnico de poner, por primera vez en la historia, a un seleccionado sub 17 charrúa en esta instancia.
Sorprendió Uruguay al minuto con un contragolpe iniciado por Jonathan Cubero, el mejor arquero del campeonato. Un saque largo dejó a Moreira de cara al gol, pero el zurdo mediocampista hizo todo bien menos la definición y se perdió el primero.
Luego de esa jugada, durante un cuarto de hora la celeste estuvo sitiada en su campo y sin poder salir. El equipo de Fabián Coito colocaba sus líneas demasiado cerca del área pero el toqueteo brasileño no prosperaba, producto del buen despliegue de los volantes y la solidez de la retaguardia.
En un disparo desde afuera del área de Santiago Charamoni, el arquero norteño dio un rebote largo y apareció Rodrigo Aguirre, ese delantero que corre cada pelota como si fuera la última, y el meta brasileño lo bajó en el área. Penal y disparo al medio del arco de Elbio Álvarez para el 1-0 a los 19'.
Luego se dedicó a aguantar Uruguay. Resignó posibilidades ofensivas, no les hizo llegar el esférico a los puntas, pero el objetivo del gol estaba consumado la tarea era destruir los circuitos futbolísticos norteños que tenían como eje a Lucas Piazón.
Sólo pudo gravitar la verdeamarela con un tiro libre del lateral derecho Wallace que pegó en el travesaño, pero en jugadas de cancha no pudo desarrollar el jogo bonito histórico. Los pibes charrúas construyeron una muralla y mantuvieron el 1-0 de cara al descanso, que incluso pudo ser 2-0 si el arquero Charles no hubiera mandado al córner un zurdazo de afuera del área de Álvarez.
En el complemento, Brasil dominó territorialmente y dispuso de ocasiones de gol, pero chocó con una zaga exuberante y un arquero majestuoso. Gastón Silva y Emiliano Velázquez sacaron casi todo lo que les tiraron, y cuando no pudieron, aparecieron las manos de Cubero para dar seguridad. Además, Furia y Gianni Rodríguez estuvieron correctos marcando los laterales y llegando a todos los cierres.
En el medio se sintió el desgaste de Pais y Ratti, de muy buen partido, y se procuró retener la pelota con la entrada de Guillermo Méndez por un exhausto Álvarez. Y de los pies de Méndez justamente llegó el segundo tanto.
El enganche la peleó ingresando al área y el balón derivó en un delantero que había ingresado por Charamoni en el entretiempo. Juan Manuel San Martín conectó un derechazo fuerte y preciso para mandar el balón a la red, pegadito al segundo palo, y empezar a sellar el pasaje a la final del Mundo.
De allí en adelante, más de lo mismo. Atacó Brasil pero no pudo con 11 chicos gigantes, que defendieron a muerte cada pelota y que el domingo a las 20 horas buscarán ser campeones del mundo ante el local México o Alemania.
Como frutilla del postre, llegó el tercero que cerró la goleada con un contragolpe perfecto, otra vez iniciado por Cubero, y finalizado por Méndez en el área chica.
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