viernes, 30 de julio de 2010

deles fe

Policías comunitarios, mesas de seguridad y convivencia integradas por vecinos y funcionarios del Ministerio del Interior, y grupos especiales de patrullaje son algunas de las medidas que desarrolló la Jefatura de Policía en el departamento de Lavalleja. Además, se trabaja en el descongestionamiento de la Cárcel Central, ubicada en la plaza de Minas, y en la habilitación total del Complejo Agro-Industrial Campanero.

Acercar el servicio a los usuarios fue la meta que se planteó la Policía del lugar. Con este cometido está llevando adelante acciones concretas que involucran a la comunidad en el control de la seguridad ciudadana.

Luis Martinelli, jefe de Policía de Lavalleja, comentó a la diaria que lo primero que se hizo fue analizar los recursos humanos con los que contaba la institución y determinar pautas de trabajo para optimizar la labor. Definió el sistema establecido como el de “una empresa”, donde se aprovechan al máximo los recursos disponibles.

Seguridad en la vía pública
Unos 25 policías cuidarán las calles de Minas. “No estarán parados en una esquina, harán un patrullaje a pie y se trasladarán a los distintos puntos de la ciudad, además de estar en comunicación permanente con los vecinos”, dijo Martinelli. A su vez, estos policías contarán con el respaldo de los vehículos de apoyo.

Asimismo, incentivaron la creación de mesas de seguridad y convivencia en los distintos barrios de la ciudad de Minas. En principio son unas 14 mesas, compuestas por unas 20 personas en promedio, pero en opinión del entrevistado, el entusiasmo de los vecinos hace pensar que se formarán más grupos. Aquí también participan un comisario y un policía comunitario. El equipo es responsable de escuchar y dar a conocer las distintas problemáticas de cada uno de los barrios, asuntos que pueden implicar desde una bombita quemada hasta la existencia de un callejón oscuro que se presta para situaciones delictivas.

Martinelli informó que a lo largo del departamento se reforzó el trabajo con la policía comunitaria. Se trata de funcionarios que “reciben una formación especial y además tienen que tener cierto perfil, tienen que caracterizarse por la tolerancia, ser buenos comunicadores y personas activas”. También contó que se esforzaron en mejorar la atención dentro de todas las comisarías.

Consultado sobre si el refuerzo de las medidas de seguridad estaba vinculado a un incremento en la delincuencia, el jefe de Policía respondió: “Unos cuatro o cinco individuos tirando unos tiros pueden amargar a todo el barrio, la gente se calla y la Policía no puede actuar. Sabiendo que ésta es la constante en otros departamentos nos adelantamos al problema para evitar llegar a esa situación”.

Semilibertad
Las medidas aplicadas con el fin de mejorar la seguridad son acompañadas por mejoras en la calidad de vida de las personas privadas de libertad. El Complejo Agro-Industrial Campanero, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Minas sobre el kilómetro 125 de la ruta 8, que originalmente era una chacra policial, fue lentamente convertido en un centro de régimen “semiabierto”. Así se le denomina en la jerga popular porque los reclusos trabajan al aire libre en tareas de huerta, cultivo, criadero de cerdos y en actividades agropecuarias, entre otras especialidades. Además, desarrollan labores de carpintería, aserradero y construyen bloques, en promedio 800 por día.

Desde hace pocos días unos 40 presos hombres se albergan en el Campanero, mientras que también fueron trasladadas las reclusas mujeres, que no superan las diez. Si bien se encuentran en el mismo lugar, permanecen separados.

Heber Clavijo, ex diputado de Lavalleja, quien actualmente “da una mano en el proyecto”, señaló que una de las cosas más importantes es que “a los presos les han salido callos en las manos de construir el Campanero”. Éstos participaron en el reciclado del antiguo edificio y en el acondicionamiento de toda la estructura, lo que le da un valor educativo a la tarea desarrollada.

Otro punto que destacó es que el Campanero significa la concreción de “una discusión que como sociedad nos debemos: ¿qué clase de liberado queremos?, ¿el que vuelve a incidir o el que se vuelve a reinsertar?”. Por su parte, Martinelli dijo que con este sistema se apunta a la formación y el desarrollo del individuo como persona”, a la vez que se incentiva la autogestión del recluso.

En un plazo no mayor a un año se espera terminar de acondicionar el edificio para albergar al resto de los reclusos que actualmente se encuentran en Cárcel Central. No todos formarán parte del sistema semiabierto, porque no es un régimen viable para trabajar con mucha gente, por lo que convivirán presos bajo distintas medidas de seguridad. ■

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